miércoles, 31 de diciembre de 2008

Despedida

¡Adiós!, te vas hasta la muerte
exhalando tu último aliento helado...

Se acerca ya el instante
del cíclico comienzo,
origen y final
de nuestras coordenadas,
donde el adiós abraza
a la esperanzadora bienvenida.

Serenamente afrontaré
los decisivos golpes
que transmutan los dígitos.

¡Quién pudiera regresar de nuevo
al principio de cada partida!

martes, 23 de diciembre de 2008

Tránsito

Como las huellas en la arena
que el agua diluye en recuerdos,
así transitamos, hastiados,
por este fragilísimo sendero
hasta que nos deshacemos
en finos hilos de memoria.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Partida

Empiezo después de siete meses a deambular, más o menos oficialmente, por los inabarcables vericuetos de la red.
Con este proyecto no pretendo otra cosa que seguir mi formación en el difícil oficio de ser persona, e intentar poner cada día un ladrillo más en los arruinados cimientos de mi alma.

Arduo es el camino,
mas la tenacidad
logrará su victoria.

martes, 20 de mayo de 2008

Justificación

El título del libro me surgió antes de que lo tuviese terminado del todo, aún cuando solo tenía escritos unos pocos poemas, y cuando pensé en él quería que transmitiera la idea reiterada del cántico o la plegaria interior de un hombre, en el sentido genérico del término, que no acaba de ser feliz debido a la conciencia que tiene de sentirse incompleto.

El conjunto de trabajos que constituyen Letanía de un hombre incompleto tienen su origen en un viaje: un viaje interior hacia la búsqueda de mi propia identidad con el objeto de encontrarle sentido a mi existencia, de encontrarme. Un viaje inacabado, con muchas idas y venidas, muchas partidas y muchos regresos pero siempre en un exilio permanente; un viaje por concluir que todos realizamos, que nadie termina y que yo definiría como el de ejercer el siempre inquietante y difícil oficio de aprendiz de persona… como muy acertadamente dice Pascual en su prólogo estos poemas nacen “de los escombros emocionales” de mi vida.

Ese exilio tenía una doble vertiente, por una parte está el lado físico, en el sentido de que se trataba de una distancia física la que me separaba habitualmente durante la mayor parte del tiempo de mi entorno familiar y afectivo de Argamasilla de Alba, y por otro lado está el destierro existencial, que sería aquel que toda persona soporta por el hecho de vivir en este mundo real, de dista mucho de ser el mundo ideal que cada uno de nosotros nos imaginamos o tenemos como modelo.